Esta es Ascensión Mendieta, una anciana que ha pasado toda su vida luchando por recuperar los restos de su padre, Timoteo Mendieta, que fue fusilado por los franquistas. Conocer su historia me conmovió y me sirvió de inspiración para escribir el relato con el que he participado en la semana 17 del concurso Relatos en Cadena que organizan @laventana y @deescritores. La frase de inicio era "Subir de nuevo a la habitación". Esta vez, no ha habido suerte en el concurso. Pero Ascensión, por fin, ha logrado un poco de justicia: ya tiene los restos de su padre. A sus 90 años, luz al final del túnel.
Subir de nuevo a la habitación con
sorprendente ligereza; pisar con firmeza los escalones de la vieja escalera y
no hacer ni caso al sonido del crujido de huesos y madera; abrir la puerta y
recibir una vaharada de densa penumbra en el rostro; pasar los dedos
nerviosamente por la suave colcha de hilo de la cama; acariciar la vieja fotografía
amarilla, tan querida y, con el último aliento, decir en voz alta: “Madre, por
fin hemos encontrado la fosa donde enterraron a padre”. Y abrir, después de 80
años, la ventana al sol.
Y otras escaleras me han inspirado el segundo de los relatos: las que condujeron a Alejo García al locutorio de RNE donde aquel 9 de abril de 1977 anunció al mundo la legalización del PCE. Fue un auténtico
Sábado de Gloria
Subir de nuevo a la habitación insonorizada
de donde acababa de salir, atropelladamente, esquivando mesas y sillas a la
velocidad del rayo; notar cómo el sudor empapaba su camisa y cómo la corbata le
oprimía ahora aún más el cuello; hacer un gesto al compañero desde el otro lado
del cristal; sentarse todavía sin resuello a esperar a que se pusiera el piloto
en rojo y anunciar, con voz entrecortada, que este 9 de abril de 1977 iba a
cambiar la historia.