lunes, 22 de diciembre de 2014

Retire su dinero y ¡felices fiestas!



Semana 13 de la VIII Edición de Relatos en Cadena de @laventana y @deescritores. Frase de inicio: "Éste se va a enterar de lo que vale un peine". Mi participación, una semana más, sin suerte:

Éste se va a enterar de lo que vale un peine, decía su madre. Y “usted no sabe con quién está hablando”. Parece que la está viendo: espigada, con ese moño tan estirado y ese tono de voz amenazante y frío. Así conseguía que la dejaran pasar en las colas y que le hicieran caso en las ventanillas. Lástima no haber heredado más cosas de ella además de la altura, pensó. En Navidad la recordaba aún más, incluso echaba de menos su cariño seco. Suspiró, contempló la calle salpicada de luces de colores, cerró los ojos y se arrebujó en los cartones.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Amantes



Relato presentado a la VIII Edición de Relatos en Cadena de @laventana y @deescritores. La frase de inicio de esta semana 12 era  "El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía".
Y ahí va mi propuesta:

El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía.
Aun así la llamé.
-No me dejes-, lloré al teléfono. Sin ti mi vida no tiene sentido.
Su voz sonó como un cuchillo.
-Se acabó.
Hice un último esfuerzo por convencerla. Reviví nuestros encuentros con la excusa de llevar a los niños al cine y lo felices que fuimos aquel agosto que nos quedamos en Madrid. Gimoteé. La amenacé, desafiante, con que nadie le iba a dar tanto placer como yo. La llamé cobarde. Le supliqué que no me dejara.

Por fin escuché un sollozo.

-Te querré siempre, pero mi marido no puede vivir sin mí. Y el tuyo, tampoco.

  

lunes, 8 de diciembre de 2014

Memoria

VIII Edición Relatos en Cadena de @laventana y @deescritores. Semana 11. Frase de inicio: Había escrito cien veces: te quiero. Mi microrrelato se titula "Memoria" pero podría llamarse "Basado en hechos reales".



Había escrito cien veces: te quiero. Se sentó junto a la chimenea y las contó, temblando, a medida que leía aquel papel amarillento que le acababan de entregar. Aún conservaba el olor húmedo del cuartucho donde los chicos de la asociación le habían dicho que Antonio pasó sus últimas horas. De pronto, un escalofrío le recorrió la espalda: su padre había escrito al final del papel el nombre de sus delatores y uno de ellos llevaba el apellido de su nieto. Carmen se quedó mirando fijamente el fuego, que era rojo y azul.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Una relación inconveniente


Mi participación en la semana nueve de la VIII Edición Relatos en Cadena de la SER, organizado por @deescritores y @laventana. Frase de inicio: "Empezó a pensar en un nuevo teorema".



Una relación inconveniente


Uno que le permitiera volver a sus quince años, a aquella aula polvorienta donde sus miradas se cruzaron por primera vez. Él desde el atril le miraba las piernas. Ella bajaba la mirada y la fijaba en sus pies. Si la proposición está bien formulada esta vez  espera que ella le diga que sí.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Benditas rutinas





Pero ya nada sería igual desde aquel primer día en que olvidó reñirme por tirar los calzoncillos sucios en medio de la habitación. Dejó de andar por casa a todas horas con el plumero en la mano y ahora el polvo se acumula sobre las fotografías de nuestras vacaciones. Incluso su caligrafía se volvió más redonda y dejó de escribir esas tes puntiagudas como cuchillos. Nada es lo mismo desde que volvió a maquillarse y a cuidarse el cabello. Y no le reprocho que ni me mire desde que supe que, hasta entonces, habíamos vivido la vida de otros.   

("Benditas rutinas". Mi participación en la VIII Edición de Relatos en Cadena, organizado por @laventana y @deescritores. A  partir de la frase "pero nada sería igual" y en menos de cien palabras...) 

martes, 23 de septiembre de 2014

Asuntos internos

Mi propuesta en la tercera semana de la VIII Edición de Relatos en Cadena, organizado por @deescritores y @laventana. La frase de inicio esta vez era "Deberías airearte un poco".  A partir de ahí y en no más de cien palabras...




Asuntos internos

Deberías airearte un poco, le aconsejó su marido. Sofía obedeció. Escogió su traje  de Armani negro, quizá no muy adecuado para esa hora de la tarde. Frente al espejo del tocador se maquilló concienzudamente, con mimo. Cogió el bolso, las gafas de sol, musitó un adiós,  bajó las escaleras, esperó a que el portero le abriera y por fin salió a la calle. Un día más pasó frente a la comisaría. El policía la saludó con deferencia. Sofía esbozó una leve sonrisa y comprobó que no se le movía ningún diente. Toda una suerte porque mañana presidía un juicio y había que estar presentable.

miércoles, 16 de abril de 2014

Pascua









Escucho esta canción y viajo a la Pascua de hace casi treinta años, jóvenes airados que van en bicicleta hasta la playa del pueblo y en lugar de comerse la mona ansían un supermán o un mitsubishi para seguir pedaleando, no importa dónde.  M. Á., P. y ella, chicos y chicas, con el peinado a lo Morrissey o lo que considerara la peluquera del barrio. Camisetas desteñidas. Piernas como palillos. Zapatillas Converse. Este domingo volveremos y serán nuestros hijos quienes pedaleen, la mona en una mochila, los ojos bien abiertos, la boca bien abierta también para comerse esa tarde de Pascua que no ha de volver. Los observaremos mientras juegan y suspiraremos aliviados. Menos mal que morir a tu lado no acabó siendo una manera gloriosa de morir.  Menos mal.  

lunes, 31 de marzo de 2014

Octavio y los patos


Me gustaría ser Octavio Paz y cumplir ahora cien años. Ser un poeta y escribir cosas que hablen de estrellas de colores que se apagan o que amar es combatir.  Pero en lugar de eso me irrito y recojo patos de plástico amarillo de la bañera. Tal vez el martes o el viernes seré una hora feliz. O un segundo. Probablemente no. Callaré, como siempre. En vez de un poeta seré una mujer irritada por los patos amarillos de la ducha. Tan pequeño es lo que escribo y lo que siento.


martes, 11 de marzo de 2014

Retrato de familia

 Este es el microrrelato que he mandado esta semana al concurso de "Relatos en cadena", de la SER. El cuento tenía que comenzar por la frase "Nuestros mismos ojos". Espero que os guste.

Nuestros mismos ojos heredaron también los mellizos Lucas y Pepa Rodríguez Girón. Llevaban mis apellidos pero con el orden cambiado. No quise ponerles el del padre por razones obvias. A medida que se hacían mayores, más personas me decían aquello de que los perros acaban pareciéndose a su amo. Y yo, tan orgullosa.


Obviamente,  esta semana no he ganado.

jueves, 6 de marzo de 2014

Adiós y hola

Este es mi relato, que ha sido el ganador de la primera semana de marzo en el concurso de "Relatos en cadena" de la SER. La frase de inicio era "Tanto visitante inesperado". Espero que os guste.



 Tanto visitante inesperado me llenó de zozobra. Mi padre, hombre algo tosco y de pocas palabras, nunca tuvo muchos amigos. Pero entre aquel grupo de gente que había acudido al tanatorio a despedirse de él y a darnos el pésame a mi madre y a mí, había bastantes rostros desconocidos: algunos hombres que supuse amigos de la mili o de la infancia, una mujer rubia y llorosa, otras que la consolaban. De pronto, alguien me puso una mano en el hombro. Me volví y vi a un joven que tenía mis mismos ojos. Nuestros mismos ojos.

martes, 4 de marzo de 2014

Sí, estoy en el puto p y lo que sigue

Los lunes los pasamos al sol. Literalmente. O aguantamos el chaparrón, si es que llueve. Los todavía trabajadores de RTVV de la delegación de Castelló acudimos cada lunes a la redacción. Ya allí, invariadamente, un guardia de seguridad nos atiende a través de la reja. Le entregamos un papel en el que explicamos a la empresa que tan poco nos quiere, que hemos acudido a nuestro puesto de trabajo, ése por el que todavía nos pagan, y que no hemos podido acceder a él: una reja, la obcecación del molt honorable y los votos de los diputados del Partido Popular nos lo impiden. Él nos pone un cuño en ese folio... y hasta el lunes siguiente. Visto. Enterado. Y a mí qué.
Por la tarde, tengo cita con Anita, una profesora muy simpática que intenta enseñarme algo de alemán. Das ist eine Banane. Das ist meine Banane.

Los martes me visita la señora C. Es una mujer de 85 años (en absoluto una anciana) que ha tenido una vida llena de vicisitudes. Se supone que voy a escribir sobre ella, pero en realidad hacemos terapia. Pongo la cafetera, saco el chocolate y las galletas, la escucho, se me llenan los ojos de lágrimas e intento disimular. "¿Lo dejamos por hoy?", me pregunta, dulcemente, cuando revive algún recuerdo tan doloroso que todavía no está preparada para compartir conmigo. C. no es en absoluto dulce, sino una mujer hecha de pedernal, rocosa. La dulzura es sólo para reconfortarme. Ella a mí. Y lo consigue. Terapia.

Los miércoles voy a clase de valenciano con Manolo Carceller. Es una hora y media llena de risas y buen humor... y aprendizaje. Ase, somera; pallasso, pallassos; plebeu, plebea. 

Los jueves... pues los jueves los reservo para lo que no tengo tiempo de hacer el resto de los días. Porque los viernes tengo una cita delante del Palau de la Generalitat, a las 12 y 19 en punto. Moniato, moniato, moniato! Fabra, dimissió! RTVV tornarà!

Y camino, y voy a la compra, y cocino, y limpio, y escribo, y hago disfraces con bolsas de basura, y cuido de mis (tres) niños, y voy a la peluquería, y quito por fin esas telarañas de la lámpara, y, y, y. Y gracias que tengo un marido que también está en el puto p y lo que sigue, que si no...

Mis días están llenos de tareas, muchas más que cuando estaba trabajando. Algunas, poco agradables; otras, como escribir, repletas de ilusión y espero que de futuro. Así que a veces pienso que aún te voy a tener que dar las gracias, Alberto. Igual aquel 29 de noviembre me hiciste un favor. Igual aquel 29 de noviembre me hiciste una mujer.       
   

lunes, 24 de febrero de 2014

Insomnio a la manera de Belén Esteban



Camino, camino y camino. Me gustaría no tener que utilizar papelitos y un lápiz pequeño que rescaté del cajón de los cubiertos. Sí, de los cubiertos. En esta casa no está definido qué utensilios son para comer y cuáles para pensar. Camino vestida como si aún estuviera embarazada e imagino que un cable invisible va transformando mis pensamientos en palabras que escribir en un papel. O en el aire.
Y escribo en castellano porque a estas horas insomnes no soy más que pura literatura, en el sentido más sobado del término. ¿Y en qué otro idioma podría escribir que soy lo que no soy o lo que ya no quiero ser, o lo que fuera que fui y dejé de ser?
Podría escribir "como una traza azul preñada de malos augurios". Pero no.
Te dije "al final la vida son cuatro frases que se te han quedado grabadas e intentas amoldarte a ellas, caber en esa idea". Todo es literatura. La vida imita a la literatura. La vida imita al arte.
Camino, camino y camino. Saco un papelito del bolsillo de la cazadora y  con mi lapicerito gastado escribo: "La vida es una mierda". Así, por costumbre. Como el viejo que lleva todo el santo día el palillo entre los dientes. O la madre que reza un padrenuestro para hacer un huevo pasado por agua. Por costumbre. La vida es una mierda, escribo por fin. Por costumbre también.
¿Te acuerdas de cuando estaba tan delgada? La pasión me consumía. Literalmente y literariamente. Escribía las cosas que pensaba que sentía y tanta pasión ponía que llegué a caber en una 36. Ahora ya no sé qué siento, si es que siento algo, y ya vamos por la 40 y podemos empeorar. Unas engordan de felicidad y otras de aburrimiento. Por costumbre. Todo lo hago por costumbre.
Por costumbre callo. Pero en mi cabeza resuenan a cada momento voces que son las mías llamando a las cosas por su nombre. ¿Y si me atreviera un día? Pero ya sabemos que si quieres formar parte del club hay que ser más listo y volverte mudo y decir a todo que sí, o decírtelo a ti misma,  en el baño, por si acaso, cuando no hay nadie en casa. Se ha de ser muy valiente para no querer formar parte del club.
Y una madre de familia numerosa y de 46 años (casi 47) no es que forme parte de ningún club: es un club por ella misma. ¡Que familia más bonita que tienes! Los cojones, te apetece decir todo el rato. Pero callas. Por costumbre. Por las reglas del club, que son muy estrictas.
Te dije que si un día escribía una novela, un libro, algo, te lo iba a dedicar. Pero el tiempo lo llena todo de polvo y de olvido, es igual que sea la vieja cómoda de tu abuela o un sentimiento de esos que van acompañados del "para siempre", que suele durar un suspiro. Un año o dos, o diez. Un suspiro. Tendría que poner en la dedicatoria "para todos los nombres que caben en P", para todos mis lo que pudo haber sido. Todos esos nombres que me he ido encontrando en este trayecto, la mayoría de las veces sin ver por la niebla, como el rastro de un sueño (Herman Hesse). Así que en lugar de encuentros han sido encontronazos de los que he aprendido muchas cosas. La principal, a saber: si vuelve a suceder lo mismo, actuaré de manera diferente, y el resultado de esa acción (o inacción, vete tú a saber qué tocará en ese momento) será mucho mejor. Claro, como nunca sucede lo mismo dos veces ("nunca te puedes bañar dos veces en la misma agua"; Heráclito), no puedes actuar de manera distinta. Y la vuelves a cagar. Hay mil formas de cagarla. Todas diferentes y todas iguales porque toda la mierda es la misma mierda. Como la vida. Y que conste que lo digo por costumbre.
¿Qué cojones podría escribir yo? ¿A qué cojones podría ponerle una dedicatoria? Imaginemos dos escritoras de éxito. Guapas, buenas en su oficio y supongamos que tienen el mismo nombre. Carmen, por ejemplo. Una es hija de diplomáticos, ha viajado por todo el mundo, ha ido a los mejores colegios, ha mamado Chopin, Mozart y Durero. La otra es de una familia normal, nacida en un pueblo normal y con unos padres normales que tenían, pongamos por ejemplo, un bar. Obviamente ésta ha mamado anís del Mono. El sustrato. Eso es lo que las hace diferentes. ¿Cuál sería mi sustrato?, ¿de qué podría escribir yo? ¿Ya he dicho que la vida es una mierda? No me lo tengáis en cuenta. Es la costumbre. Es un tic.



martes, 11 de febrero de 2014

Ara només vull parlar de la ràdio



Dijous a les set de la vesprada participaré en una taula redona sobre el tancament de Ràdio Televisió Valenciana a Borriana. Està organitzada pels treballadors de la delegació de Castelló i per l'Agrupació Borrianenca de Cultura. Amb açò comencem una sèrie de trobades per a explicar el que suposa el tancament d'un mitjà de comunicació públic. Sincerament, encara no sé què vaig a contar jo. Obviàment, parlaré de la ràdio, però jo no sóc més que una treballadora i no puc fer un anàlisi exhaustiu de les causes i les conseqüències d'esta barbaritat. Però sí que puc dir que, com a valenciana, com a oient i com a espectadora, he perdut. A poc a poc ens van llevant els nostres drets. Crec que, en contra de les opinions poc afortunades d'alguns periodistes, el tancament de RTVV sí que ha suscitat debat. Fins i tot, considere que ha sigut el remat a una llarga llista de despropòsits. O millor dir, el remat d'una llarga llista de propòsits que es poden resumir en un: arrabassar-nos el que és nostre. Si diuen que no hi ha debat, l'haurem de crear nosaltres. O no esteu farts d'estar callats? 

Ací vos deixe un post que vaig escriure quan ens van assabentar que anaven a tancar RTVV.    


"Ara només vull parlar de la ràdio. Eixa ràdio que vaig començar a escoltar i a estimar en les veus de Diego Braguinsky, Josep Ramon Lluch Quilis i el desaparegut Joan Monleón, mireu si fa anys. Al principi, quan tot estava per fer i tot era possible. He estimat la ràdio com a oient des de que era una xiqueta i mon pare la tenia posada tot el dia, i ma tia Montse feia jerseis i jo m'asseia als seus peus i em posava les tisores en la boca sense adonar-me'n i acabava tallant-me la llengua, òbviament. Encantada amb les veus i les músiques que d'allí eixien. Amb la màgia de la ràdio.

Va passar el temps i vaig tindre la sort de treballar en eixa ràdio. Tal vegada ja no era la mateixa que jo vaig conèixer com a oient. Però parlava amb la meua llengua i la de ma mare. I això és molt. A més, em vaig trobar amb gent magnífica, amb uns companys extraordinaris, amb uns editors dignes... No diré noms. A ells ja els he ho he dit. Només citaré a una persona perquè no està en el facebook: Assumpta Domíguez, de la que tant vaig apendre. "Lidia, però com poses un tall de 53 segons, perlamordedéu!" Perquè apendre vol dir que t'ensenyen a fer les coses. En estos 15 anys d'eixos aprenentatges n'he tingut molts. I de la gent. Quantes coses no habré aprés, quan de dolor i quanta alegria! He assitit a inundacions, a incendis, a soterrars, a tirotejos! He sentit el dolor dels familiars de les 18 persones mortes a l'alberg de la Todolella, uns quants, veïns del meu poble, del meu carrer; m'he tragat el fum de l'incendi de l'Alcalatén i he notat les flames llapant-nos la cara; m'he trobat la casa dels meus familiars inundada i ho he hagut de contar abans de fer res més. En fi, seria no acabar. He fet la meua faena. La faena d' una ràdio pública. Segurament, no sempre de la millor manera. Amb tota la meua voluntat, això sí. Després, ...estan ells, els polítics. Un asco, en general. Ja ho he contat: he hagut de fer notícies posant cinc declaracions d'un molt honarable d'estos. Però també, "he colat" declaracions de l'oposició aprofitant que feia la connexió en directe. Quan he preguntat "massa" m'han cridat a l'ordre. És la veritat. No és cap mèrit ni cap medalla que vulga penjar-me. Ara voreu com no: he deixat de preguntar. Per a què? Jo no sóc cap heroïna. Sincerament, estos últims mesos eixes coses havien començat a canviar. Una llàstima.

No acabaria d'escriure mai i potser que alguns no heu passat ni de la primera línia. Així que acabaré. Primer, dient que he intentat tractar amb dignitat als companys i tractarme jo també amb dignitat. És una cosa molt fàcil d'escriure i molt difícil de fer. Per això dic "he intentat tractar". Segon, vullc dir unes paraules a tots els companys de la tele, però sobretot, de la ràdio de Castelló. Han sigut 15 anys de vida junts. No poden resumir-se en una línia. Però sí en una paraula:gràcies. I tercer, esta ràdio, Ràdio 9, Canal Nou Ràdio, Nou Ràdio, o el nom que siga, és de tots vosaltres. Ens la van a furtar. Al menys, que no ens quedem sense protestar. DIGUEM NO. "




I per acabar, vos deixe un poema que és una declració : jo NO COL·LABORO

..Fins al dia que vaig saber que no

plorava rou ni perles, sinó llàgrimes:

vulgaríssimes llàgrimes que em queien

galtes avall i em donaven un aire

entre grotesc i màgic. Ara penso

que degué ser una trista descoberta,

la il.lusió perduda i tantes coses,

un món -quin món?- que esdevé inhabitable-

D'aleshores ençà, que jo recordi,

no he plorat, almenys dels ulls enfora,

ni he renegat, ni em mossego les ungles.

No és gran cosa, ja ho sé. El món, em diuen,

segueix sent inhòspit, però jo

persevero tossut: no col.laboro.

Miquel Martí i Pol, La pell de violí