lunes, 11 de mayo de 2015

Cherchez la femme



Semana 28 del concurso Relatos en cadena, organizado por @laventana y @deescritores. La frase de inicio era : “Ya no podíamos contar con él”. Y en menos de cien palabras...


1-Cherchez la femme
Ya no podíamos contar con él, me advertían los colegas en sus cartas. Que el Juanca está cambiado, me decían, que ya no es el que era. Se había  echado novia -cajera de un súper- y apestaba a colonia de marca. Y ya no iba a los billares. Hasta que salí, yo siempre lo defendía. Pero tuve que acabar dándoles la razón cuando lo vi bajando de un Mercedes blanco en vez de empotrarlo contra el escaparate de la joyería.
 
2-Los Ulises
Ya no podíamos contar con él, ni nunca tendríamos que haberlo hecho. Deberíamos habernos tapado los oídos para no escuchar sus suaves y acarameladas palabras y habernos atado a la pata de la cama para no acudir a sus llamadas. Pero es demasiado tarde. La policía amenaza con echar la puerta abajo si no abandonamos la vivienda inmediatamente.


 
 




 
 
 
 
 
 
 

 

miércoles, 6 de mayo de 2015

Curso del 89





La intención de seguir siendo sólo amigos sucumbió aquella tarde de junio en la terraza del piso de estudiantes de Valencia. Dijiste que ya no te cabía ni un tema más de “Historia del pensamiento político y social”. Y cuando saliste del baño llevabas puesto un biquini de rayas azules y blancas que echó por tierra todos mis propósitos.

(Microrrelato extraviado de la semana 26 de Relatos en cadena. La frase de inicio era "La intención de seguir siendo sólo amigos").

lunes, 4 de mayo de 2015

Mejor el silencio


Semana 27 de la VIII edición del concurso Relatos en cadena, organizado por @laventana y @deescritores . La frase de inicio era: “El incómodo cadáver del mediador familiar”. Y en menos de cien palabras...


El incómodo cadáver del mediador familiar había acabado por convertirse en un elemento más de la decoración del salón. Lo habían arrumbado en un rincón junto a los otros y al horroroso cisne de porcelana que les regaló la tía Paquita para su boda. Por la noche, en silencio, arrastraban el sofá hasta el otro extremo de la habitación y se sentaban a ver la tele lejos de los muertos. El problema era que habían empezado a heder, pero si se dirigían la palabra de nuevo acabarían por volver a discutir. ¿Y a quién matarían esta vez?