miércoles, 16 de abril de 2014

Pascua









Escucho esta canción y viajo a la Pascua de hace casi treinta años, jóvenes airados que van en bicicleta hasta la playa del pueblo y en lugar de comerse la mona ansían un supermán o un mitsubishi para seguir pedaleando, no importa dónde.  M. Á., P. y ella, chicos y chicas, con el peinado a lo Morrissey o lo que considerara la peluquera del barrio. Camisetas desteñidas. Piernas como palillos. Zapatillas Converse. Este domingo volveremos y serán nuestros hijos quienes pedaleen, la mona en una mochila, los ojos bien abiertos, la boca bien abierta también para comerse esa tarde de Pascua que no ha de volver. Los observaremos mientras juegan y suspiraremos aliviados. Menos mal que morir a tu lado no acabó siendo una manera gloriosa de morir.  Menos mal.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario