lunes, 31 de marzo de 2014

Octavio y los patos


Me gustaría ser Octavio Paz y cumplir ahora cien años. Ser un poeta y escribir cosas que hablen de estrellas de colores que se apagan o que amar es combatir.  Pero en lugar de eso me irrito y recojo patos de plástico amarillo de la bañera. Tal vez el martes o el viernes seré una hora feliz. O un segundo. Probablemente no. Callaré, como siempre. En vez de un poeta seré una mujer irritada por los patos amarillos de la ducha. Tan pequeño es lo que escribo y lo que siento.


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